miércoles, 30 de enero de 2008

La siembra Marcos 4, 1-20




Marcos 4, 1-20

Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: «Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento». Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga». Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. El les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone». Y les dice: «¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la Palabra. Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos. De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben en seguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento».

En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”.

En verdad, en verdad te digo: el que no nazca
de lo alto no puede ver el Reino de Dios” (Jn 3, 3)

Nicodemo se esforzaba por descifrar el contenido de la respuesta a su primera pregunta y en pos de glosarla pregunta: “¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo?” Jesús, entonces, le responde: “En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”. Y así revela una de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana: el nacimiento espiritual sin el cual no se puede ver el reino de Dios, ni recibir la vida eterna y la salvación por medio de Jesucristo.
Pero el Rabbí no termina ahí, y continúa diciendo: “El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu” (Jn 3, 8). A medida que Cristo hablaba la desorientación de Nicodemo era mayor. Cada vez entendía menos.
Y era lógico que así sucediera, ya que él no había recibido aún el Espíritu prometido por el Padre (ver Jl 3, 1), “pues todavía Jesús no había sido glorificado” (Jn 7, 39); y sin acceso a la verdad divina, misión exclusiva del Espíritu Santo, es imposible discernir éste o cualquier otro develamiento (Jn 16, 13).
En este pasaje evangélico, en el que interviene Nicodemo, lo más importante son los anuncios que hace Jesucristo “para que todo el que crea tenga por él vida eterna” (Jn 3, 15). Y lo que debe quedar bien claro es que ser como el viento no significa hacer lo que a uno se le ocurre y menos ser un rebelde.
Un nuevo nacimiento
San Pablo, más adelante, aclara que este nacer de nuevo se logra por “medio de un baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo” (Tt 3, 5), transición de la vida antigua de pecado a la nueva vida de obediencia a Jesucristo (2 Co 5, 17; Ga 6, 15; Ef 4, 23 24; Col 3, 10). Esta ablución es, sencillamente, el bautismo sacramental que, por lo general, los católicos lo recibimos cuando aún somos bebés.
Y si bien este sacramento, como los otros seis restantes, obran por ellos mismos, son mucho más eficaces cuando se reciben con cooperación y predisposición personal (Concilio de Trento).
Una de las consecuencias esenciales del obrar por sí de este sacramento, surge claramente de la carta que san Pablo les escribe a los romanos: “Por consiguiente, ninguna condenación pesa sobre los que están en Cristo Jesús”, ya que los que han nacido de nuevo, son librados de la esclavitud que proviene de “la ley del pecado y de la muerte”, que es derrotada por “la ley del Espíritu que da la vida en Cristo Jesús” (ver Rm 8, 1-2).
Todo esto es parte de la regeneración que menciona san Pablo en la carta a Tito (3, 5), que es vital para todo hombre ya que, por su naturaleza humana, se encuentra separado de Cristo, es pecador e incapaz de obedecer y agradar a Dios (Sal 51, 5; Jr 17, 9; Rm 8, 7 8; 1 Co 2, 14; Ef 2, 3).
Pero así como al recibir la vida de Dios se regenera y nace del Espíritu, también puede extinguir esa vida con las elecciones impías y la vida perversa, y morir espiritualmente. Afirmaría el Apóstol: “… si vivís según la carne, moriréis” (Rm 8, 13). De modo que el pecado y no seguir a Dios aniquilan la vida en el Espíritu en el alma del creyente, lo alejan de él y le van causando la muerte espiritual y la exclusión del reino de Dios.

Muerte espiritual
Para evitar lo anterior se debe tener bien presente, entonces, cuáles son esas elecciones impías que conducen a la muerte espiritual. En el Nuevo Testamento se encuentra reveladas muchas enseñanzas de lo que no se debe hacer. Por ejemplo: “Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro?” (Mt 12, 31 32).
“¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios” (1 Co 6, 9 10).
“Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios” (Ga 5, 19 21).
“Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, saborearon las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro, y a pesar de todo cayeron, se renueven otra vez mediante la penitencia, pues crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia” (Hb 6, 4 6).
“Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y le dará vida –a los que cometen pecados que no son de muerte pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida–” (1 Jn 5, 16).
Lo infeliz es que son muchos los católicos que pecan sin luchar contra las tentaciones que provienen del espíritu de la carne y del error, como un efecto de haber recibido los sacramentos de iniciación cristiana sin cooperación y predisposición personal. Un obstáculo que no permite el accionar libre del Espíritu y el aprendizaje a vivir y obrar según el Espíritu (Ga 5, 25). Creyendo incluso que están obrando bien, dan satisfacción a las apetencias de la carne (Ga 5, 16), obras bien conocidas (ver Ga 5, 19-21).
Más del 90% de los argentinos son bautizados en la Iglesia Católica y demás confesiones cristianas; sin embargo, la mayoría se pasan la vida buscando una falsa salvación, haciendo “la fácil” andan por caminos espaciosos que llevan a la perdición (ver Mt 7, 13).

Bautismo en el Espíritu y evangelización
Todas las referencias, hasta aquí, son sobre los bautizados que han nacido espiritualmente y recibieron vida eterna y la salvación por medio de Jesucristo; y los que por optar por elecciones impías y la vida perversa llegan a extinguir esa vida abundante que Cristo vino a regalar a todos los hombres. A éstos, además, hay que sumar a las gentes que no han sido bautizados y que eligen esa misma vida.
Así se comprueba la inmensa cantidad de bautizados y paganos que, por encontrarse perdidos, necesitan de una auténtica evangelización. Pero de una evangelización como Dios manda y enseña.
En primer lugar, reveló Jesús, deben hacerla testigos que hayan sido bautizados en el Espíritu Santo, Promesa del Padre, y recibido “la fuerza del Espíritu Santo” (ver Hch 1, 4-5. 8). Estos testigos, para que haya frutos de conversión, deberán proclamar la Buena Nueva o kerygma o primer anuncio de Jesucristo muerto, resucitado, vivo y glorioso, con el poder que origina el Espíritu Santo.
Suele suceder que al anunciarse así el kerygma, la persona reciba el bautismo en el Espíritu Santo similar al que recibieron los apóstoles en la mañana de Pentecostés (ver Hch 1, 5; 2, 17). Este bautismo puede recibirlo una persona que ni siquiera esté bautizado sacramentalmente, como sucedió en la casa de Cornelio (ver Hch 10, 44,-48; 11, 16) y en seminarios de vida, de algunos de los cuales damos testimonio.
Este bautismo en el Espíritu Santo, revelado por Juan el Bautista, el Señor Jesús y el apóstol Pedro, despierta en quien lo recibe el deseo y la disposición espirituales para obedecer a Dios y seguir la dirección del Espíritu (Rm 8, 13 14), la aspiración de cambiar y llevar una vida recta (1 Jn 2, 29), amar a los demás creyentes (1 Jn 4, 7), evitar la vida de pecado (1 Jn 3, 9; 5, 18) y dejar de amar al mundo (1 Jn 2, 15-16). Además se enciende en su interior un fuego que le quema y lo obliga a no callar, nunca más, lo que ha visto y oído.

Comunión y obediencia
El bautismo en el Espíritu Santo, para el que lo recibe, es el comienzo de una vida totalmente nueva. Pero, como todo recién nacido en la carne, no nace sabiendo ni terminado. Necesita alimentarse y crecer, acumular datos y experiencias, formarse permanentemente.
Debe consolidarse con los dones y carismas que el Señor le otorga y ponerlos al servicio de sus hermanos para colaborar en la edificación de la Iglesia; y como testigo no debe interrumpir jamás el crecimiento espiritual que únicamente logrará si mantiene una intensa vida de oración que le permite una relación íntima con Dios por medio del Espíritu Santo.
Y así, entonces, se va haciendo realidad en él lo que Jesús le reveló a Nicodemo: “Todo el que nace del Espíritu es como el viento: no sabes de dónde viene ni adónde va”; y serán evidentes en él el fruto del Espíritu que san Pablo enumera en la carta a los gálatas (5, 22-23). Pues para ser realmente de Cristo Jesús, hay que crucificar la carne con sus pasiones y sus apetencias (v. 24).
Pero, ¿ser como el viento, es no tener límites y obrar conforme a lo que uno siente? La respuesta es rotundamente negativa. Pablo no obraba por impulsos, sino que compartía las revelaciones que recibía con los discípulos (comunidad); y que cuando quiso “saber si corría o había corrido en vano” (Ga 2, 2), subió nuevamente a Jerusalén para exponerle a quienes eran columnas de la Iglesia, autoridad puesta por el Señor, “Santiago, Cefás y Juan”, la necesidad de una confirmación. Recién se sintió seguro cuando éstos le “tendieron la mano en señal de comunión” (v. 9).
La Iglesia no es un escenario que permite la actuación de “llaneros solitarios”. Se es como el viento cuando se confirma que las mociones son del Espíritu porque no menoscaba la total comunión con el ordinario del lugar y la comunidad que integra; y, además, son corroborados con los criterios de verdad: Sagrada Escritura, Sagrada Tradición y Magisterio vivo de nuestra Iglesia.
En la Iglesia sobran rebeldías y desobediencias, tanto en el clero como en el laicado que, por supuesto, no provienen de Dios.
Pero mientras el auténtico testigo es dócil y obediente al Espíritu Santo, y a la autoridad constituida en la Iglesia, el rebelde es díscolo y no respeta la voluntad de Dios.
Carlos Lovotti

sábado, 26 de enero de 2008

Rosario del perdón!!!

Rosario del perdón
Acto de contrición, Padre nuestro, Ave María, Gloria.

1º Misterio:
Mateo 1:20 “… Y lo llamarás Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados…”
Oración: Señor mi Dios, con tu muerte y resurrección fueron perdonados mis pecados y por eso yo te doy gracias. Ahora quiero pedirte que me enseñes a amarte tanto que ya no peque contra ti, simplemente porque ni quiero herirte.
Rezar 1 Padre nuestro, 10 Ave María, 1 gloria y la oración final luego de cada decena.
Oración final: ‘OH Jesús mío, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
2º Misterio:
Mateo 9:2 “…Al ver Jesús la fe de esos hombres dijo al paralítico, ánimo hijo, tus pecados quedan perdonados…”Oración:
Señor Jesús, aumenta cada día mi fe, que a través de ella yo pueda creer más y más en ti y logre comprender que me amas tal como soy, y que han sido perdonados mis pecados en la Cruz. Espíritu Santo dame el Don de la Sabiduría para proclamar noche y día que Jesús es mi salvador.
3º Misterio
1ª de Juan 1:9 “…Pero si confesamos nuestros pecados, él que es fiel y justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad…”Oración
Señor mío, yo me confieso pecador, y ante ti pido disculpas. Sé que tú eres amor y haz de perdonarme. Dame la fuerza de tu bendito Espíritu Santo para no volver a pecar más por amor a ti…”
4º Misterio
Lucas 5:31-32 “… No son las personas sanas las que necesitan médico, sino las enfermas. No he venido para llamar a los buenos, sino para invitar a los pecadores a que se arrepientan…”Oración:
Tú nos enseñaste a decir, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Enséñame a perdonar setenta veces siete las ofensas que he recibido de mis hermanos. Y tú María, pídele a mi Señor, la fortaleza que necesito para no ofender a mis hermanos con mis actos, mis miradas, mi forma de pensar, mis palabras.
5º Misterio
Romanos 5:20 “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia
Oración:
Yo te doy gracias Señor porque nunca nos has abandonado por ser pecadores, sino que nos enseñaste a vivir conforme a tu voluntad ¡Gracias Jesús por tu bendita redención!



Extraido de la página de:
www.rcclosmasdezamora.com.ar

Salmo 50


Salmo 50 (es un extracto; además, es una adaptación que se hace para la liturgia de las horas)

Misericordia, Dios mío

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra Ti, contra Ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.

Extraído de: http://www.liturgiadelashoras.org/salmo50.htm

miércoles, 23 de enero de 2008

¿Qué me quita la paz?????





¿Qué me quita la paz?

Muchas veces no sabemos siquiera donde está ese enemigo que me está quitando la paz.Si nos preguntamos hoy ¿por qué no soy feliz? ¿por qué no me siento bien conmigo mismo? ¿por qué no siento paz adentro mío? ¿por qué no puedo dormir de noche? ¿por qué tengo insomnio y me despierto y me rondan ideas y se me viene a la cabeza esto que pasó hace 15 años y lo sigo rumiando?Todavía me quita la paz, me tiene en guerra conmigo mismo, todavía me tiene en guerra mi situación matrimonial, esta situación en el trabajo. Andamos enguerrados. Uno no ve la armadura, no ve que se está protegiendo, pero si lo vemos en las actitudes nuestras, mirarnos en un espejo y ver que estamos en pie de guerra, dispuestos a atacar o a replegarnos ¿cuál será la respuesta? O tendremos esa paz de los cementerios que no pasa nada, o ni siquiera querés confrontar.Esa es una de las peores, cuando ya no tenés el aliento para pararte y confrontar con el otro. ¿Cuáles son estas situaciones que te están quitando la paz?Puede ser la infidelidad de un cónyuge, ni siquiera lo hubieras imaginado nunca; el asesinato de una persona que amas, la muerte, el divorcio de tus padres, la traición de las personas en quienes confiabas.Podemos hacer una lista larga. Estos son los extremos.Podemos perder la paz sólo por no pensar igual que el otro, podemos perder la paz por tener gustos distintos, podemos perder la paz por no asumir mi propia historia, por no querernos así como somos. Estamos en guerra con nosotros mismos. Animate a la tregua, sacar la bandera blanca, sentarte un rato, dialogar, tomarse unos mates, un café, compartir una charla. Hay un libro que puede ayudarnos a dar luz a este tema, se llama “Como conservar la paz en medio de las dificultades” es de Editorial San Pablo y es del Padre Gustavo Jamut. Forma parte de una colección que sería lindo tenerla toda, se llama “Colección paz interior”. Necesitamos buscar un culpable que nos hizo perder la paz y la sorpresa para muchos, es darse cuenta que el culpable somos nosotros mismos, principales enemigos de nosotros somos nosotros mismos. ¿Cómo vamos a darnos cuenta de la luz si no hay oscuridad? ¿Cómo vamos a darnos cuenta de la necesidad de la paz si no encontramos adentro nuestro que lo hemos perdido? Esto que nos está preocupando, tal vez estamos en un excelente momento familiar, matrimonial y viene este cimbronazo económico. Te quedás sin trabajo, no te aumentaron el sueldo, aumentó el alquiler, esto se ve cotidianamente y estas cosas nos quitan la paz.Lo económico es uno de los factores grandes que nos quitan la paz, te quitan el sueño, no te dejan dormir. Todo pasó, pero hay que pasarla. No vamos a menospreciar el dolor y la falta de paz. No vamos a dejar afuera todos estos sentimientos que se nos agolpan cuando estamos ante la guerra, ante un enemigo que asecha a nuestra casa, que está asechando a nuestra alma. Para poder conservar la paz tenemos que hacer un camino e ir viendo quien es el enemigo, ¿tenemos un enemigo? Hay un enemigo que está desestabilizando nuestra vida, si lo identificás, ya está el primer paso, si podés ver quien te está quitando el sueño, quien te está quitando la paz, tenemos el primer paso a favor. El Padre Jamut en su libro cuenta una historia:“En más de una oportunidad, viajando en avión hacia algún sitio en donde predicar, me tocó despegar del aeropuerto en medio de una tormenta. Sin embargo el avión atravesó las densas nubes y cubrían toda la ciudad y encontramos un sol radiante y un hermoso cielo azul.Algo parecido puede sucederte a ti, cuando las nubes de los contratiempos suelen ocultar el rostro de Dios, ten la seguridad de que detrás de esas nubes brilla el sol y después de la noche, llegará el día.Recuerda las palabras del mismo Pablo, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quien lo ama, a los cuales El ha llamado de acuerdo a su propósito.Estas palabras no han sido dichas por alguien que jamás sufrió, sino por un hombre que como hemos visto, ha conocido toda clase de sufrimiento y aún así conservó la paz interior.” Y en san Pablo quiero quedarme, pero no sólo en san Pablo, porque a san Pablo lo conocemos, es un mensajero que ¿qué hubiera pasado si no estaba? Porque la evangelización a sus pies fue otra cosa, pero el, antes de ese encuentro con Jesús era Saulo, nacido en Tarso, conocedor de los salmos, se preparó durante toda su vida para ser el más grande rigorista porque la ley era su celo pastoral, era el celo que lo quemaba por dentro y él estaba capacitado y formado desde muy chico.Muy apasionado se fue formando y cuando salen estas personas a la luz, con este hombre crucificado, surge la secta, los cristianos. Para un fariseo, estos cristianos que andaban hablando por ahí, haciendo caso al crucificado ya muerto, seguían con esta historia.Alguien debía pararlos, alguien tenía que parar toda esta bronco y toda esta gente que estaba tratando de convencer al pueblo y llevarlo por sendas oscuras. Un rigorista como Saulo era la persona indicada. Ya había perseguido a varios cristianos, había tomado parte en la lapidación de un diácono, de Esteban, había guardado los vestidos de los verdugos para tirarle piedras con las manos de todos.El quería quería la muerte para los cristianos, no los quería. Hay que meterse en el corazón de Saulo, este fariseo rigorista que pensar que alguien estaba transgrediendo la ley era terrible. El era la persona indicada, toma la misión para sí, este espíritu violento que poseía Saulo, se adiestra como un buen cazador para cazar su presa. Se prepara años estudiando, amante de las leyes, se prepara con un ardor indomable para perseguir a estos discípulos de Jesús. Pero Saulo, cree perseguir pero es él perseguido. Saulo no tiene paz, está en pie de guerra. Saulo quiere descargar toda su violencia contra este grupo de personas sin saber que está buscando la paz.Persigue desde la violencia, desde la violencia se va preparando, se va capacitando, va rumiando la bronca. En la Palabra, Hech 9-1,9 está la conversión de Pablo.“Saulo, que todavía respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino del Señor que encontrara, hombres o mujeres. Y mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, una luz que venía del cielo lo envolvió de improvisto con su resplandor. Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” El preguntó: “¿quién eres tu, Señor?”. “yo soy Jesús, a quién tú persigues, le respondió la voz. Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán que debes hacer”. Los que lo acompañaban quedaron sin palabra, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber.” Es Palabra de Dios. Saulo pide las licencias y sale para perseguir a los cristianos pero se encuentra con alguien en el camino a Damasco y aquí es donde quiero detenerme y que pienses esto: a veces uno va en busca del enemigo armado de uñas y dientes, y lo que no sabemos es que este enemigo nos está desestabilizando y vamos en búsqueda de la paz.Paz que vamos a encontrar, evidentemente en el otro, cuando nos encontremos con el otro. Fijate lo que le pasó a Saulo, no solamente que va a perseguir a los cristianos, él persigue al mismo Jesús y Jesús lo sabe bien, y cuando uno va persiguiendo a Jesús también sabe que lo que busco es la paz que solamente El es capaz de darnos y entregarnos. Saulo va con uñas y dientes a encontrarse con el mismo Jesús, sin saberlo, pero adentro suyo está la búsqueda de la paz y allá parte, con toda su violencia y se le aparece Jesús en el camino, y esta pregunta... “Saulo, ¿por qué me persigues?” aquí va a venir una transformación muy grande y va a haber un cambio hasta de nombre, ya no va a ser Saulo sino Pablo, lo que pasa siempre que nos encontramos con nuestro Señor. Hay una frase que a mí me gusta mucho “Dios es más grande que todas estas situaciones dolorosas de nuestra vida”, Dios es mucho más que los problemas que tengo y puede ser doloroso lo que tengas que enfrentar.Hemos hablado de situaciones económicas, pero ni te cuento cuando la falta de paz viene por una enfermedad, cuando la falta de paz viene aparejada con un diagnóstico terrible, allí hay que saber como pararse, hay que estar firmes.Evidentemente estas situaciones de falta de paz en más de una vez nos agarra desprevenidos. Yo pensaba esta mañana, mientras seguía masticando el tema, pensaba cuantas veces me agarró mal parada, cuantas veces me desestabilizó este enemigo que me sacó la paz, llámese situación económica, enfermedad o aquella pavada que me sacó la paz, mi proyecto que se rompe, a veces la falta de limpieza nos saca la paz, me saca la paz a lo mejor haberme quebrado y no poder hacer las cosas como antes, me saca la paz esta enfermedad aunque sea momentánea. Ahora, si uno mira los santos y mira vidas ejemplares, puede descubrir que aún en el mayor dolor, esa persona no perdió la paz completamente. Sí lo desestabiliza, como ese viento que no es tan fuerte sino que es una ráfaga que te mueve para un lado y para el otro y después cesa. Hay una respuesta en la oración, la oración rescata, hay sitios de falta de paz de donde no podemos salir solos, si la paz que te falta es provocada por un golpeador o una golpeadora física o verbal, esta paz, aunque reces, aunque pongas la mejor voluntad, no la vas a encontrar hasta que te dejes ayudar, no vamos a encontrar la paz si no buscamos los mecanismos adecuados para salir. De eso se trata la estrategia. Hay otra lectura bíblica que me pareció muy significativa porque en esto nadie puede hablar de lo que no ha vivenciado, y yo en esta lectura, he encontrado la vivencia, en muchas ocasiones en falta de paz.La lectura es 1 Rey. 19,9-15 o pueden seguir porque la historia es muy buena. Elías en el Oreb, vamos a hacer un poco de contexto, nuestro personaje bíblico, Elías, ha pasado una situación de esplendor de Dios, de presencia de esas contundentes.Se enfrentó a mostrar que el Dios que el proclamaba era el verdadero Dios. Y Dios hace el milagro prendiendo una fogata impresionante antes una multitud donde Dios se manifiesta, que aún mojando la leña Dios se manifiesta y prende la fogata.Entonces, Elías está en un momento de esplendor, de fe. Dios no le ha negado este milagro, Dios quiso hacer el milagro en ese momento y él es testigo de ese milagro y junto con él, todo el pueblo.Esto provoca enojo en sus enemigos, y en este enoje se quiere la cabeza de Elías, entonces, ni lerdo ni perezoso se escapa, se va. “Allí, entró en la gruta y pasó la noche. Entonces le fue dirigida la palabra del Señor. El Señor le dijo: “¿Qué haces aquí, Elías?”. El respondió: “Me consumo de celo por el Señor, el Dios de los ejércitos, porque los israelitas abandonaron tu alianza, derribaron tus altares y mataron a tus profetas con la espada. He quedado yo solo y tratan de quitarme la vida”. El Señor le dijo: “Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor”. Y en ese momento el Señor pasaba. Sopló un viento huracanado que partía las montañas y resquebrajaba las rocas delante del Señor. Pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, se encendió un fuego. Pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó el rumor de una brisa suave. Al oírla, Elías se cubrió el rostro con su manto, salió y se quedó de pie a la entrada de la gruta. Entonces le llegó una voz que decía: “¿Qué haces aquí, Elías?”. El respondió: “Me consumo de celo por el Señor, el Dios de los ejércitos, porque los israelitas abandonaron tu alianza, derribaron tus altares y mataron a tus profetas con la espada. He quedado yo solo y tratan de quitarme la vida”. El Señor le dijo: “Vuelve por el mismo camino, hacia el desierto de Damasco. Cuando llegues, ungirás a Jazael como rey de Arma.” Es Palabra de Dios. Este texto a mi me llamó mucho la atención ya que Elías huye, el enemigo está claro, lo quieren matar, la reina lo persigue, quiere su cabeza y el lo sabe perfectamente. El enemigo nuestro nos quiere matar, y nos va matando de a poco. Si tenés un vecino que está ahí presente todos los días para desestabilizarte, esto te va quitando la vida y el deseo de enfrentar la vida si tenés que salir y ya verle la cara, entonces necesitaremos de la estrategia. La estrategia de Elías, Dios le había mostrado horas antes el esplendor de prender fuego en una leña que la hizo mojar para que puedan ver el esplendor de su Dios. El podría estar seguro que Dios le iba a salvar la vida, lo libraría de este enemigo. Así como se manifestó a todo el pueblo. Pero algo hace que Elías huya, se va del lugar, y esa es su estrategia. Se retira, sale del lugar y allí en su retiro, se encuentra con Dios y es tan contundente la palabra, porque el Señor se le aparece ahí y le dirige su palabra “¿qué haces aquí Elías?” esta pregunta, si hoy nos resuena, a donde te encuentres en esta guerra, deja que el Señor nos interpele desde la pregunta ¿qué haces aquí? ¿por qué te viniste acá? Entonces esta pregunta va a desenmarañar con quien estamos en guerra, ¿qué le dice Elías? Que lo persiguen, que lo quieren matar. Y nosotros bien podríamos contestarle a nuestro Señor, “mirá, estoy en este lugar, estoy deprimido” o “estoy en este lugar alejado de mi hermano porque siento que esto me está quitando la vida”. Es el primer paso. Identificar al enemigo.Y Elías se lo dice claramente quien es su enemigo, que es lo que quiere y porque lo persigue. Pero el Señor lo manda a Elías a que se quede en el pie de la montaña y que l o espere que El va a pasar. Y Elías ahí se queda, esperando, retirado, solo, se queda allí.Y aquí, en esta parte, la Palabra es bellísima. Tiene tanta sabiduría lo que le pasa a Elías. El Señor está a nuestra puerta, está por pasar, pero pasan muchas cosas.Pasa el viento, y el señor no se hace presente, pasa el terremoto y el Señor no se hace presente, hasta que una simple brisa, aquella inocente brisa, pequeñísima, manifiesta al Todopoderoso y Elías vuelve a identificar al Señor, lo vuelve a identificar que esta ahí y vuelve a preguntar el Señor “¿qué haces aquí Elías?” Pero ya ha pasado tiempo, se ha quedado rumiando tiempo largo, recuperándose y Dios vuelve a pasar en esta simple brisa. Ahí, en este texto, vuelve a preguntar el Señor ¿qué haces aquí Elías? Y él responde lo mismo, repita exactamente lo mismo. Como ustedes, le dirían hoy al Señor “si ya e lo dije, es mi vecino, es mi hermano, soy yo que estoy cansado de perseguirme, de quitarme la paz” ¿qué hace el Señor? Lo ve que Elías está fortalecido, seguramente esta exposición ante el Señor de decir y proclamar la preocupación ha sido trabajada en su corazón, y lo dice de otra forma y por eso el Señor se lo hace repetir. Entonces ya trabajado nos hemos parado y el Señor percibe que se alimentó, descansó, se encontró conmigo y ahora ya está listo para volver al mismo lugar de donde salió.Este pasaje me fascina, el Señor no le dice que le va a buscar otra tierra donde su enemigo nunca le va a encontrar. No. El dice, ahora está fortalecido, ahora está íntegro, está en condiciones para enfrentarse de nuevo ante quien le persigue, pero ya, me parece a mi, que no es el enemigo.Me parece que en el camino, este enemigo se ha transformado en tierra de misión y de encuentro. Entonces, en esta Palabra también vemos las respuestas de nuestro Padre Misericordioso que es mucho más grande que todos estos problemas que tenemos y nos entrega esa paz que tanto buscamos. En este libro que les recomendé del Padre Jamut nos dejaba estos pensamientos:“ Así pues, al vislumbrar que una situación adversa al final traerá un bien para la vida, pro eso el mismo san Pablo dice: considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si lo comparamos con la gloria que habremos de ver después” ¡Qué esperanza la de san Pablo! Ese mismo que se cayó del caballo hace un rato, que sufrió muchas enfermedades y fue perseguido y ese que hizo un quiebre en su vida, viene hoy a decirnos esto. “Muchas veces, las circunstancias que nos rodean son la consecuencia de un sistema imperfecto o del error humano. A pesar de esto, Dios usará esta circunstancia para tu bien y para el bien de todos los otros.Aunque en este momento, tal vez, no sepas como, ten la seguridad que si perseveras en la oración y en la alabanza, el Señor te consolará, te fortalecerá y te hará ver con una nueva óptica la adversidad.Uno de los textos de san Pablo que más me gusta es alégrense siempre en el Señor, repito, alégrense que todos los conozcan a ustedes como personas moderadas. El Señor está cerca, no se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración, pídanle y denle gracias también.” Un camino claro está marcando san Pablo aquí, presentar todo a nuestro Señor, pedirle y darle gracias también. “así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús” El secreto de esta alegría se halla en la convicción de que el Señor está cerca.Esta paz profunda tiene su origen en la seguridad de la presencia continua de Jesús. Además, el apóstol nos está aconsejando a los cristianos que seamos conocidos por todos como personas bondadosas. “La palabra griega que aparece en la Vulgata es “epieques” que suele ser traducida de muchas formas, a los gentiles, moderados, simpáticos, comprensivos, desinteresados, con autodominio, considerados amables, corteses, magnánimos, con buenos modales.” Esto es lo que nos está pidiendo el apóstol para relacionarnos con nuestros hermanos. “Seguramente todo cristiano desea tener todas estas virtudes que surgen de la traducción de epieques, pero hemos de reconocer que más de una vez, ante ciertas situaciones que escapan de nuestro control, tenemos reacciones contrarias y allí es cuando nos faltan los buenos modales, la gentileza, nos tornamos antipáticos, perdemos el dominio.” No hay vuelta de hoja, si no estamos cerca de nuestro Señor, no vamos a encontrar la paz por más que la busquemos en medicamentos, en atenuantes, en placer. La paz no la vamos a tener junto a nosotros si no vamos al encuentro del Padre. El Padre Jamut plantea esta oración que es muy cortita: “sigue en oración estos tres pasos que plantea san Pablo en Filipenses capítulo 4:Primero: presentar el problema a Dios tal como lo siento.Segundo: pedirle al Señor que lo resuelva según su sabiduría y no según nuestras recetas.Tercero: dándole gracias en la fe por las bendiciones que Dios sacará por esta dificultad.” Tres pasos concretos que nos dan una pauta clara, sencilla, para encontrarnos con la paz. Una pregunta para que nos quede resonando después de desarrollar este tema:¿será que tendré que entender cual es la prioridad en este momento?

martes, 22 de enero de 2008

Laura Vicuña

Nació el 5 de abril de 1891 en Santiago de Chile. Es la primogénita del matrimonio de José Vicuña y Mercedes del Pino. Poco después de nacer la segunda hija: Julia, muere su padre quedando la familia en la indigencia. Mercedes emigra con otros chilenos a la Argentina buscando un bienestar Así llega a Neuquén en 1899, finalmente llega a la estancia del Quilquihué de Junín de los Andes a trabajar como dependiente y donde comienza a convivir con Manuel Mora (el dueño de la misma). Laura y Julia ingresan al colegio María Auxiliadora de Junín de los Andes. Desde su llegada Laura es muy sensible a la fe cristiana. A los 10 años recibe la primera Comunión.

En sus segundas vacaciones al volver a la estancia, ya adolescente, Manuel Mora trata de abordarla y es rechazado. Durante una fiesta la invita a bailar y al ser nuevamente rechazado la arrastra fuera de la casa y debe dormir a la intemperie. Mora decide no pagar más la cuota de la escuela, para acorralarla, pero las hermanas la reciben gratuitamente Laura decide ofrecer su vida por la conversión de su madre.

Al poco tiempo sobreviene una inundación en el colegio en un crudo invierno, Laura se enferma . La madre se la lleva a su casa pero no se recupera. Entonces decide regresar a Junín, Mora furioso por haber perdido a Mercedes y ser rechazado por Laura le propina una feroz paliza a la joven. Viendo próxima su muerte Laura le dice a su madre de su ofrecimiento: "mamá, la muerte está cerca, yo misma se la he pedido a Jesús. Le he ofrecido mi vida por ti, para que regreses a El " y le pide que abandone a Mora y se convierta. Ella le promete cumplir su deseo. Muere un 22 de enero de 1904, sin cumplir los 13 años. Sus restos desde 1956 están en el Colegio María Auxiliadora de Bahía Blanca (Argentina. El 3 de septiembre de 1988 Juan Pablo II la declara Beata.

EL MILAGRO
Estudiado y aprobado por la Iglesia Para la Beatificación de "LAURA VICUÑA PINO"
Les presentamos un extracto del relato efectuado por Sor OFELIA LOBOS ARELLANO, persona que recibió el don de la vida y la salud, religiosa que pertenece al Instituto Hijas de María Auxiliadora, (Santiago de Chile).
Testimonio extraído de: http://www.lauravicuna.cl/

Los primeros síntomas de lo que sería más tarde una enfermedad incurable, los experimenté en el año 1947. Con frecuencia tenía fiebre, me sentía decaída y con dificultades para respirar. Esta sintomatología se presentó en forma oscilante, respondiendo parcialmente con antibióticos.

Progresivamente el cuadro se hizo intenso y duradero con mayor rebeldía a los medicamentos hasta llegar a 1955 año en que, por ser portadora de supuración pulmonar y broncoestasias bilaterales con gran compromiso del estado general, fui sometida a dos intervenciones quirúrgicas.

En Junio de ese mismo año se realizó el primer tiempo operatorio que consistió en la extirpación de la língula y los segmentos anteriores y lateral del lóbulo medio del pulmón derecho. Recuerdo que tuve muchas complicaciones. Mí situación era peor que antes de la operación. A lo largo de trés años fui empeorando. Los episodios febriles se sucedieron más intensos y prolongados con aumento de la dificultad respiratoria. Todos los tratamientos fueron ineficaces. A fines de 1957 fue indispensable el uso de oxígeno.

El médico que me atendió a principios de 1958 pronosticó mi muerte para el invierno de ese mismo año, la que sería causada por insuficiencia pulmonar y mal estado general. En el mes de Mayo, me encontré en situación límite (Caquexia-amiloidosis por supuración crónica). Yo misma no me explicaba porqué no moría.

Encontrándome en estas condiciones, fui invitada a pedir mi curación por intercesión de Laurita. Lo medité un par de horas tratando de descubrir la voluntad de Dios. De pronto se hizo una luz muy grande de mí y comprendí que por intercesión de ella, Dios haría lo que yo eligiera. Sentí que era muy fácil morir, pero también que no podía ser tan egoísta como para negarme a vivir, dedicándome a servir a la juventud de acuerdo al carisma Salesiano que tanto entusiasmó a Laura y que por las circunstancias de la vida no pudo realizar. Entonces, pedí la vida y la salud necesaria para poder trabajar. En ese mismo momento sentí que mis pulmones se dilataban rápidamente, desapareciendo la fiebre y todo otro malestar. Me retiré el oxígeno. Era cerca de la medianoche por lo que me dispuse a descansar. Al día siguiente desperté temprano y al bajarme de la cama no sentía ni mareo ni debilidad en las piernas, absolutamente nada. Sentí que nunca hubiera estado enferma.

Han pasado 42 años a la fecha, durante este tiempo he gozado de la salud necesaria para desempeñar mi trabajo en medio de niños y jóvenes.

Doy Gracias a Dios, a mi protectora LAURA VICUÑA, a mis Superioras y Hermanas, a mi familia, a los médicos y enfermeras y a todas las personas que me han brindado su apoyo a lo largo de mi vida.

! Sor Ofelia Lobos trabaja actualmente en el Liceo María Auxiliadora de los Andes, existen radiografías anteriores a la intercesión donde se observa medio pulmón y radiografías posteriores con los dos pulmones en pleno funcionamiento¡

domingo, 20 de enero de 2008

Reguetton de los magos





Fray Richard

La coraza de San Patricio


Coraza de San Patricio
Me levanto hoy por medio de poderosa fuerza,la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas, Por medio de confesar la Unidad,del Creador de la Creación.
Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,
Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro,
Por medio de la fuerza de Su resurrección y asunción,
Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.
Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del amor de Querubines,
En obediencia de Ángeles,
En servicio de Arcángeles,
En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,
En oraciones de Patriarcas,
En palabras de Profetas,
En prédicas de Apóstoles,
En inocencia de Santas Vírgenes,
En obras de hombres de bien.
Me levanto hoy
Por medio del poder del cielo:
Luz del sol, Esplendor del fuego, Rapidez del rayo,
Ligereza del viento, Profundidad de los mares, Estabilidad de la tierra,
Firmeza de la roca.
Me levanto hoy
Por medio de la fuerza de Dios que me conduce:
Poder de Dios que me sostiene,
Sabiduría de Dios que me guía,
Mirada de Dios que me vigila,
Oído de Dios que me escucha,
Palabra de Dios que habla por mí,
Mano de Dios que me guarda,
Sendero de Dios tendido frente a mí,
Escudo de Dios que me protege,
Legiones de Dios para salvarme De trampas del demonio,
De tentaciones de vicios,
De cualquiera que me desee mal, Lejanos y cercanos, Solos o en multitud.
Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado,
Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,
Contra conjuros de falsos profetas,
Contra las negras leyes de los paganos,
Contra las falsas leyes de los herejes,
Contra obras y fetiches de idolatría,
Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,
Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.
Cristo escúdame hoy
Contra filtros y venenos,
Contra quemaduras,
Contra sofocación,
Contra heridas,
De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.
Cristo conmigo, Cristo frente a mí, Cristo tras de mí, Cristo en mí,
Cristo a mi diestra, Cristo a mi siniestra,
Cristo al descansar, Cristo al levantar,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira,
Cristo en cada oído que me escucha.
Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad, Del Creador ala creación.

sábado, 19 de enero de 2008

Parálisis espiritual


Señor que pasa ,que no nos damos cuanta que hay momentos en que somos como el paralítico que fue llevado por sus amigos en camilla a Jesús.
Este hombre buscaba solo su sanación física y tu le mostraste que perdonando sus pecados operabas la sanación mas importante.
El señor nos espera para sanarnos , para perdonar nuestros pecados, asi el entra en nuestor corazón , y asi empieza la sanación, dejandonos amar por él , sintiendo su misericordia, su perdón.
Señor reconcilianos contigo, queremos creer en ti y buscar el perdón de nuestros pecados, para que entre la luz en nuestro corazón.!!!!

jueves, 17 de enero de 2008

Cúranos de la lepra, Señor.!!!!!


Señor , por que nos dejamos enfermar con la lepra????Por qué no sanamos nuestro interior??
Te entregamos nuestra lepra:maldad, desconfianza, celos, envidias,mentiras, orgullo, soberbia,falta de fe,pereza,charlatanismo,críticas destructivas, señor ,haznos vasos nuevos.
Haznos nacer de nuevo, derrama tu santo espíritu sobre nosotros , sobre nuestros corazones.
Derrama tu preciosa sangre y con ella úngenos, con el manto de la vírgen cúbrenos.Amén.

miércoles, 16 de enero de 2008

Apacienta mis ovejas

Evangelio de San Juan 21, 15-19

En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" El le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" El le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas". Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirán y te llevarán a donde no quieras". Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme".

martes, 8 de enero de 2008

Epifanía


Señor: derrama tu Espíritu Santo sobre el mundo para que podamos ser como esa estrella de Belén que llevó los Reyes a la presencia del Rey de Reyes.
Que podamos reflejar esa luz, Señor , para que otros te sigan, te adoren y te alaben como lo hicieron los Reyes.
Que en la noches oscuras podamos ver esa luz , que ellos vieron, que siguieron y en la que creyeron.
Que aprendamos a adorar al Señor y seguirlo apesar de que a veces sintamos nuestra aridez espiritual.

sábado, 5 de enero de 2008


jueves, 3 de enero de 2008

Jesús te seguiré, donde me lleves iré !!!!!!!!!!!


Bendito y alabado seas señor Jesús!!!!, gloria y alabanzas a tu nombre santo!!!, quiero que me indiques el camino para seguirte, para ir donde me lleves, a tu lado nada me falta, confío plenamente en ti y sé que me llevarás por caminos de pradera.
Jesús te seguiré, donde me lleves iré, llevame al lugar donde vives, quiero quedarme contigo allí.Amen!!!!!!!!