martes, 6 de mayo de 2008

Mensaje de Dios para nosotros.


Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil
Isaías 40,29

Creemos Señor en tu divino diseño por medio del cual nuestros cuerpos han sido creados.Hoy te damos gracias y te pedimos que bendigas cada célula, órgano, músculo y hueso a fin de que contribuyan a nuestro bienestar y salud, y pueden así estar enteramente al servicio de nuestros hermanos.AMEN

Los Siete Dones del Espíritu Santo!!!!!


- El Don de Sabiduría.

.....Se define la sabiduría como la ciencia adquirida por los primeros principios: «el nombre de sabiduría viene de sabor; como el gusto sirve para conocer el sabor de los alimentos – dice San Isidoro, –lo mismo la sabiduría, es decir, el conocimiento que se tiene de las criaturas por el primer principio, y de las causas segundas por la causa primera, es una regla segura para juzgar bien de cada cosa» (1).

.....El don de sabiduría es un conocimiento sabroso da Dios, de sus atributos y de sus misterios, como infinitamente adorables y amables. De este conocimiento resulta un sabor delicioso, del que a veces participa aun el cuerpo, y que es más o menos grande según el grado de perfección y de pureza en que se encuentre el alma..
..... San Francisco estaba tan lleno de este gusto de la sabiduría, que cuando pronunciaba el nombre de Dios o de Jesús, sentía en su boca y en sus labios un sabor mil veces más dulce que la miel y el azúcar.
.... Al don de sabiduría pertenecen las dulzuras, los consuelos espirituales y las gracias sensibles Son los efectos de este don, mas cuando no llegan sino a la parte inferior, pueden venir del demonio, sobre todo en las almas que todavía no están del todo purificadas.

....Hay esta diferencia entre la sabiduría y la ciencia. que ésta no produce generalmente el gusto espiritual que aquélla hace sentir al alma; y la razón es, porque la ciencia no mira más que a las criaturas, aunque sea con relación a Dios, en cambio a sabiduría mira a Dios, cuyo conocimiento está lleno de atractivos y de dulzura.
..... Todo esto proviene de la caridad, cuya perfección, o sea el fervor, es la salud del alma; pues cuando el alma está de una vez bien curada de sus enfermedades y languidece, cuando está ya completamente sana, saborear a Dios y las cosas divinas como sus propios bienes, sin sentir las repugnancias, ni los disgustos, ni la dificultades que sentía antes por su insuficiente te preparación.

El Don de Inteligencia.


.....Inteligencia es el conocimiento íntimo de un objeto : «intelligere ese intus legere». El don de inteligencia es una luz que el Espíritu Santo concede para penetrar las verdades oscuras que la fe propone. Dice Santo Tomás, que esta penetración debe hacer concebir una idea verdadera y una justa estimación del fin último y de todo lo que con él se relaciona; ya que de otro modo no sería un don del Espíritu Santo.
..... La fe considera tres clases de, objetos: primero, Dios y sus misterios; segundo, las criaturas en lo que con Dios se relaciona; y tercero, nuestras acciones para dirigirlas al servicio de Dios. Naturalmente somos muy cortos en la proporción en que el Espíritu Santo nos ilumina por remedio de la fe y de las demás luces que nos comunica. Lo que la fe nos hace creer simplemente, el don de inteligencia nos lo hace penetrar con más claridad y de una manera que parece hacer evidente lo que la fe enseña, aunque la oscuridad de la fe permanece siempre; por eso se extraña uno de que algunos no quieran creer los artículos de nuestra fe o que puedan dudar de ellos.
.....Los que tienen el cargo de instruir a los demás – como los predicadores y los directores – deben estar llenos de este don. Ha resplandecido en los santos Padres y en los Doctores y es particularmente necesario para comprender el sentido de la Sagrada Escritura, sus figuras alegóricas y las ceremonias del culto divino.

El Don de Consejo.

... Consejo es un acto de la prudencia, que prescribe la consideración y la elección de medios para llegar a un fin (2).
.....Así, pues, el don de consejo atiende a la dirección de las acciones particulares. Es una luz por la cual el Espíritu Santo muestra lo que se debe hacer en el lugar y en las circunstancias presentes. Lo que la sabiduría, la fe y la ciencia enseñan en general, el don de consejo lo aplica en particular. Por lo tanto, es fácil comprender su necesidad, puesto que no basta saber si una cosa es buena por si misma, sino que es necesario juzgar si es buena también en las circunstancias presentes, y si es mejor que otra y más propia para el fin que se pretende. Y todo esto se conoce por el don de consejo.
.....Sucederá alguna vez que, queriendo deliberar sobre lo que debemos hacer, nos parecerá una cosa, incluso a la luz sobrenatural, mejor y más perfecta, y puede ser que efectivamente lo sea por si misma. Pero, no obstante, de su ejecución se seguirán grandes inconvenientes, peligros o faltas, que no hubiesen sucedido si hubiéramos elegido otra cosa que, aunque menos perfecta, hubiese sido mejor porque no hubieran resultado Las malas consecuencias de La otra que nos parecía mejor. ..... La conducta más segura es la que se recibe del Espíritu Santo por el don de consejo, y no debíamos de seguir ninguna otra.

El Don De Fortaleza

La fortaleza es la virtud que nos asegura contra el temor de las dificultades, de los peligros y de los trabajos que se presentan en la ejecución, de nuestras empresas.

.... Todo esto lo hace admirablemente el don de fortaleza; pues es una disposición habitual que el Espíritu Santo pone, en el alma y en el cuerpo para hacer y sufrir cosas extraordinarias, para acometer las obras más difíciles, para exponerse a los más espantosos peligros y para soportar los trabajos más rudos y las penas más amargas. Y todo ello constantemente y de una manera heroica.
..... Este don es muy necesario en determinadas ocasiones: cuando se es combatido por grandes tentaciones, para resistir a las cuales es preciso estar dispuesto a perder las bienes, el honor o la vida. Entonces el Espíritu Santo asiste poderosamente al alma fiel con el don de, consejo y de fortaleza; porque no fiándose de ella misma y convencida de su debilidad y de su nada, implora su socorro y pone en El toda su confianza.

El Don de Ciencia.

......La ciencia se define como un conocimiento cierto adquirido por el razonamiento; pero en Dios está sin razonamiento y por una simple visión de los objetos.
El don de ciencia - que es una participación de la ciencia de Dios-, es una luz del Espíritu Santo que ilumina el alma para hacerla conocer las cosas humanas y dar sobre ellas un juicio exacto, en relación a Dios y en cuanto son ellas objeto de la fe.
..... El don de ciencia ayuda al de inteligencia a descubrir las verdades oscuras, y al de sabiduría a poseerlas.
Por este don, San Vicente Ferrer predicaba con los éxitos prodigiosos que leemos en su vida. Se abandonaba completamente al Espíritu Santo, tanto para preparar sus sermones como para pronunciarlos, y todo el mundo salía conmovido. Era fácil echar de ver que el Espíritu Santo le, animaba y hablaba por su boca. Un día, que tenia que predicar delante de un príncipe, creyó que debía prepararse con más estudio y diligencia humana; pero a pesar de aplicarse extraordinariamente -, ni el príncipe ni el resto de sus oyentes quedaron tan satisfechos de este sermón estudiado como del que predico al día siguiente y que lo hizo como de ordinario según el espíritu de Dios. Le señalaron la diferencia de estos dos sermones y el le dijo: «Es que ayer predicó el Hermano Vicente y hoy lo, ha hecho el Espíritu Santo».

El Don de Piedad.

La piedad es la amorosa aptitud del corazón que nos lleva a honrar y servir a nuestros padres y allegados.

..... El don de piedad es la disposición habitual que el Espíritu Santo pone en el alma para excitarla a un amor filial hacia Dios.
..... La religión y la piedad nos conducen ambas al servicio, de Dios: la religión lo considera como Criador y la piedad como Padre, en lo cual esta es mis excelente que aque11a. La piedad tiene una gran extensión en el ejercicio de la justicia cristiana: se prolonga no solamente hacia Dios, sino a todo lo que se relacione con El, como la Sagrada Escritura que contiene su palabra, los bienaventurados que lo poseen en la gloria, las almas que sufren en el purgatorio y los hombres que viven en la tierra.
..... Dice San Agustin que el don de piedad da a los que lo poseen un respeto amoroso hacia la Sagrada Escritura, entiendan o no su sentido. Nos da espíritu de hijo para con los superiores, espíritu de padre para con los inferiores, espíritu de hermano para con los iguales, entrañas de compasi6n para con los que tienen necesidades y penas, y una tierna inclinación para socorrerlos.

El Don de Temor de Dios.

.....El don de temor de Dios. es la disposición común que el Espíritu Santo pone en el alma para que se porte con respeto delante de la majestad de Dios y para que, sometiéndose a su voluntad, se aleje de todo lo que pueda desagradarle.

....El primer paso en el camino de Dios, es la huida del mal, que es lo que consigue este don y lo que le hace ser la base y el fundamento de todos los demás. Por el temor se llega al sublime don de la sabiduría. Se empieza a gustar de Dios cuando se le empieza a temer, y la sabiduría perfecciona recíprocamente este temor. El gusto de Dios hace que nuestro temor sea amoroso, puro y libre de todo interés personal.
Este don consigue inspirar al alma los siguientes efectos: primero, una continua moderación, un santo temor y un profundo anonadamiento delante de Dios ;

....Segundo un gran horror de todo lo que pueda ofender a Dios y una firme resolución de evitarlo aun en las cosas más pequeñas ;