sábado, 22 de marzo de 2008

VOX DEI - Cristo, muerte y resurrección

Hoy Sábado.....



© evangeli.net

Día litúrgico: Sábado Santo

Texto del Evangelio :

Comentario: Rev. D. Joan Busquets i Masana
(Sabadell-Barcelona , España)

Hoy, propiamente, no hay “evangelio” para meditar o
—mejor dicho— se debería meditar todo el Evangelio en
mayúscula (la Buena Nueva), porque todo él desemboca
en lo que hoy recordamos: la entrega de Jesús a la
Muerte para resucitar y darnos una Vida Nueva.

Hoy, la Iglesia no se separa del sepulcro del Señor,
meditando su Pasión y su Muerte. No celebramos la
Eucaristía hasta que haya terminado el día, hasta
mañana, que comenzará con la Solemne Vigilia de la
resurrección. Hoy es día de silencio, de dolor, de
tristeza, de reflexión y de espera. Hoy no encontramos
la Reserva Eucarística en el sagrario. Hay sólo el
recuerdo y el signo de su “amor hasta el extremo”, la
Santa Cruz que adoramos devotamente.

Hoy es el día para acompañar a María, la madre. La
tenemos que acompañar para poder entender un poco el
significado de este sepulcro que velamos. Ella, que
con ternura y amor guardaba en su corazón de madre los
misterios que no acababa de entender de aquel Hijo que
era el Salvador de los hombres, está triste y dolida:
«Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron»
(Jn 1,11). Es también la tristeza de la otra madre, la
Santa Iglesia, que se duele por el rechazo de tantos
hombres y mujeres que no han acogido a Aquel que para
ellos era la Luz y la Vida.

Hoy, rezando con estas dos madres, el seguidor de
Cristo reflexiona y va repitiendo la antífona de la
plegaria de Laudes: «Cristo se hizo por nosotros
obediente hasta la muerte y una muerte de cruz. Por lo
cual Dios le exaltó y le otorgó el nombre que está
sobre todo nombre» (cf. Flp 2,8-9).

Hoy, el fiel cristiano escucha la Homilía Antigua
sobre el Sábado Santo que la Iglesia lee en la
liturgia del Oficio de Lectura: «Hoy hay un gran
silencio en la tierra. Un gran silencio y soledad. Un
gran silencio porque el Rey duerme. La tierra se ha
estremecido y se ha quedado inmóvil porque Dios se ha
dormido en la carne y ha resucitado a los que dormían
desde hace siglos. Dios ha muerto en la carne y ha
despertado a los del abismo».

Preparémonos con María de la Soledad para vivir el
estallido de la Resurrección y para celebrar y
proclamar —cuando se acabe este día triste— con la
otra madre, la Santa Iglesia: ¡Jesús ha resucitado tal
como lo había anunciado! (cf. Mt 28,6).

" REFLEXIÓN ANTE LA CRUZ "

En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de mi cuerpo a tu cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mi todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido no pedirte nada.
Estar aquí junto a tu imagen muerta
e ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta.

Autora: Gabriela Mistral

____________ _________ _________ _________ _________ _________ _