martes, 25 de noviembre de 2008

No sabeis que sois el templo de Dios?


Lucas 21,5-11.
Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con
hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
"De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra:
todo será destruido".
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la
señal de que va a suceder?".
Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se
presentarán en mi Nombre, diciendo: 'Soy yo', y también: 'El tiempo está
cerca'. No los sigan.
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario
que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin".
Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también
fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Reflexión personal.El Señor nos seguriá examinando, y verá si nos vamos detrás de quimeras o si lo seguimos a él.Solo el que esté plantado sobre la roca, de la palabra, de Cristo, vivirá y podrá resistir, los embates del señor, por que seremos examinados en el amor, en la fé ,en la perseverancia, en nuestros actos, todo será llevado a examen.
Estamos preparados , para rendir, o nos quedan algunos puntos que no hemos visto?Tenemos todo estudiado?
Hermanos, Somos el templo del Espíritu Santo, y al recibir la comunión nos convertimos en sagrarios vivientes.Mostremos el rostro de Cristo, seamos nuevos ante el Señor, no parezcamos, seamos.
Basta de farzas e hipocresías, seamos de Cristo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Zaqueo...

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Cap. 19, 1-10

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador". Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más". Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

Palabra del Señor

CONCLUSION

Resume los obstáculos.

He aquí un pequeño gran hombre.

Tenía la grandeza de espíritu, sin la cual nadie puede ver al Señor.

Era Zaqueo una joya preciosa, escondida entre el polvo superficial de la vida.

Y la cual, al ser colocada en alto, brilló con todo el resplandor de la joya legítima.

Hoy talvez tengamos muchos obstaculos que talvez son simplesas,

pero los vemos enormes, los vemos enormes porque estamos serca de ellos,

pero si estamos cerca de Dios veremos su tamaño en realidad,

.................nos falta...esperar subir al sicomóro????
Tomado de Carmelo,Parroquia San Roque ,Capitán Bermúdez.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Que buscás en la IGLESIA?

Jesús echa a los mercaderes del Templo

Lo que Cristo quiere de nosotros es que lo adoremos en espíritu y en verdad. Uno puede decir “¡qué barbaridad estos cambistas que hacían un comercio de la Casa de Dios!”, sin embargo ahora, ¿nosotros qué hacemos?, ¿cómo nos acercamos?, ¿cómo estamos presentes en la Casa de Dios?, ¿con qué actitud vamos? ¿La actitud del arrogante o la actitud del otro, del que pide perdón?, ¿la actitud del fariseo o la actitud del publicano?

En Siena, Italia, a la entrada de la Iglesia catedral, hay dos mármoles labrados con las dos figuras: la del fariseo que mira con arrogancia y la del publicano que se golpea el pecho pidiendo perdón y mira hacia abajo. ¿Con qué actitud vamos a la Iglesia?, ¿con qué actitud decimos que somos cristianos?, ¿cómo nos comportamos la decir que somos católicos?, ¿con qué actitud?, ¿para sacar o para entregar?, ¿para agradecer o para ser mezquinos?, ¿abierto el corazón o somos terribles calculadores de los beneficios que Dios nos puede dar y de los intereses que podemos obtener? ¡Cuidado con esto!

Pidamos al Señor tener esa capacidad de humildad y saber que estamos vinculados, por la fe y por la caridad, con la Iglesia que está presente en todas partes del mundo. Sobre todo en Roma, allí en San Juan de Letrán, la primera catedral del mundo dedicada al Divino Salvador.

Que recemos especialmente por el Santo Padre, el Vicario de Cristo, “el dulce rostro del Jesús en la tierra”, como decía Santa Catalina de Siena.

Que estemos siempre vinculados y no rompamos la comunión por nada.

Queridos hermanos, les dejo mi bendición, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús

COMENTARIO:que venis a buscar en la iglesia, fama?,prestigio? ,una careta para que los demas piensen que sos bueno,Estatus? ,vincularte con personas de poder?, venis a comerciar con el Señor?,o venis a buscar la gracia de Dios, o venis a buscar el encuentro personal con Él, o venis a buscar el amar y ser amado?
Preguntas, y mas preguntas , que debemos pensar concienzudamente y responderla a nuestro corazón.El Señor te exige conversíon,y que dejes el fariseismo de lado.Cada vez que no te ocupaste de uno de sus hijos,no te has ocupado del señor.Y él te preguntará al final, que has hecho con tu hermano?
Señor dame un corazón sencillo, un corazón de niño, y un corazón de misericordia.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Agradecés ? o recibís el regalo y nunca mas???.......

Lucas 17,11-19.
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y
Galilea.
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se
detuvieron a distancia
y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!".
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el
camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios
en voz alta
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias.
Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros
nueve, ¿dónde están?
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?".
Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".


Reflexión: luego de que curó a los diez leprosos, solo uno regresó a agradecerle al Señor, este que agradeció se salvó, y los otros solo se sanaron.Veamos la diferencia, queremos ser solo sanos , o también salvos?, entonces si queremos las dos opciones, recordemos agradecer y , muchas veces el agradecimiento va de la mano del servicio

lunes, 10 de noviembre de 2008

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquél que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: 'Me arrepiento', perdónalo". Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". Él respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería".

Palabra del Señor

jueves, 6 de noviembre de 2008

La oveja perdida





Lucas 15, 1-10


Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos». Entonces les dijo esta parábola. «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el campo, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido." Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión. «O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido." Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

Humor Carismático!!!!!!





Será que los carismáticos , nos vemos como bichos raros??

Pepe Prado Flores. Una bendición su prédica




Hermanos: que hermoso es lo que dice este predicador y cuanto me identifiqué con él en su testimonio.Veanlo y reflexionen.

lunes, 3 de noviembre de 2008

San Martín de Porrés


San Martín de Porres


SAN MARTIN DE PORRES fue un mulato, nacido en Lima, capital del Perú, en el 9 de diciembre de 1579. En el libro de bautismo fue inscrito como "hijo de padre desconocido". Era hijo natural del caballero español Juan de Porres (o Porras según algunos) y de una india panameña libre, llamada Ana Velásquez. Martín heredó los rasgos y el color de la piel de su madre, lo cual vio don Juan de Porres como una humillación

Vivió pobremente hasta los ocho años en compañía de la madre y de una hermanita que nació dos años después. Estuvo un breve tiempo con su padre en el Ecuador ya que este llegó a reconocerlo y también a la hermanita. Nuevamente quedó separado del padre le mandaba lo necesario para hacerle terminar los estudios.

Martín era inteligente y tenía inclinación por la medicina. Había aprendido las primeras nociones en la droguería-ambulatorio de dos vecinos de casa. La profesión de barbero en aquella época estaba ligada con la medicina. Así adquirió conocimientos de medicina y durante algún tiempo, ejerció esta doble carrera.

Sintiendo grandes deseos de perfección, pidió ser admitido como donado en el convento de los dominicos del Rosario en Lima. Su misma madre apoyó la petición del santo y éste consiguió lo que deseaba cuando tenía unos quince años de edad.

En el convento su vida de heroica virtud fue pronto conocida de muchos. Fue admitido sólo como "donado", es decir, como terciario y le confiaron los trabajos más humildes de la comunidad. Martín es recordado con la escoba, símbolo de su humilde servicio. Su humildad era tan ejemplar, que se alegraba de las injurias que recibía, incluso alguna vez de parte de otros religiosos dominicos, como uno que, enfermo e irritado, lo trató de perro mulato. En una ocasión, cuando el convento estaba en situación económica muy apurada, Fray Martín, espontáneamente se ofreció al Padre Prior para ser vendido como esclavo, ya que era mulato, a fin de remediar la situación.

Advirtiendo los superiores de Fray Martín su índole mansa y su mucha caridad, le confiaron, junto con otros oficios, el de enfermero, en una comunidad que solía contar con doscientos religiosos, sin tomar en consideración a los criados del convento ni a los religiosos de otras casas que, informados de la habilidad del hermano, acudían a curarse a Lima.

Bastante trabajo tenía el joven hermano, pero no por eso limitaba su compasión a los de su orden, sino que atendía a muchos enfermos pobres de la ciudad. El día 2 de junio de 1603, después de nueve años de servir a la orden como donado, le fue concedida la profesión religiosa y pronunció los votos de pobreza, obediencia y castidad.

Juntaba a su abnegada vida una penitencia austerísima, se maltrataba con dormir debajo de una escalera unas cuantas horas y con apenas comer lo indispensable. Pasaba la mitad de la noche rezando a un crucifijo grande que había en su convento iba y le contaba sus penas y sus problemas, y ante el Santísimo Sacramento y arrodillado ante la imagen de la Virgen María pasaba largos tiempos rezando con fervor. Añadía a esto un espíritu de oración y unión con Dios que lo asemejaba a otros grandes contemplativos.

Dios quiso que su santidad se conociera fuera de las paredes del monasterio, por los extraordinarios carismas con que lo había enriquecido, entre ellos, la profecía, éxtasis y la bilocación. Sin salir de Lima, fue visto en África, en China y en Japón, animando a los misioneros que se encontraban en dificultad. Mientras permanecía encerrado en su celda lo veían llegar junto a la cama de ciertos moribundos a consolarlos. En ocasiones salía del convento a atender a un enfermo grave, y volvía luego a entrar sin tener llave de la puerta y sin que nadie le abriera. Preguntado cómo lo hacía, respondía: "Yo tengo mis modos de entrar y salir".

Se le vio repetidas veces en éxtasis y, algunas levantado en el aire muy cerca de un gran crucifijo que había en el convento. A el acudían teólogos, obispos y autoridades civiles en busca de consejo. Más de una vez el mismo virrey tuvo que esperar ante su celda porque Martín estaba en éxtasis.

Llegaron los enemigos a su habitación a hacerle daño y él pidió a Dios que lo volviera invisible y los otros no lo vieron.

Durante la epidemia de peste, curó a cuantos acudían a él, y curó milagrosamente a los sesenta cohermanos. Los frailes se quejaban de que Fray Martín quería hacer del convento un hospital, porque a todo enfermo que encontraba lo socorría y hasta llevaba a algunos más graves y pestilentes a recostarlos en su propia cama cuando no tenía más donde se los recibieran.

Con la ayuda de varios ricos de la ciudad fundó el Asilo de Santa Cruz para reunir a todos los vagos, huérfanos y limosneros y ayudarles a salir de su penosa situación.

Sorprendió a muchos con sus curaciones instantáneas, como la del novicio Fray Luis Gutiérrez que se había cortado un dedo casi hasta desprendérselo; a los tres días tenía hinchados la mano y el brazo, por lo que acudió al hermano Martín, quien le puso unas hierbas machacadas en la herida. Al día siguiente, el dedo estaba unido de nuevo y el brazo enteramente sano. En cierta ocasión, el arzobispo Feliciano Vega, que iba a tomar posesión de la sede de México, enfermó de algo que parece haber sido pulmonía y mandó llamar a Fray Martín. Al llegar éste a la presencia del prelado enfermo, se arrodilló, mas él le dijo: "levántese y ponga su mano aquí, donde me duele". ¿Para qué quiere un príncipe la mano de un pobre mulato?, preguntó el santo. Sin embargo, durante un buen rato puso la mano donde lo indicó el enfermo y, poco después, el arzobispo estaba curado.

Otras veces, a la curación añadía la prontitud con que acudía al enfermo, pues bastaba que éste tuviera deseo de que el santo llegara, para que éste se presentase a cualquier hora. Muchas veces, entraba por las puertas cerradas con llave, como pudo comprobarlo el maestro de novicios, quien personalmente guardaba la llave del noviciado, pues, habiendo estado Fray Martín atendiendo a un enfermo, salió del noviciado y volvió a entrar sin abrir las puertas. El asombrado maestro comprobó que estaban perfectamente cerradas. Alguien le preguntó: "¿Cómo ha podido entrar?" El santo respondió: "Yo tengo modo de entrar y salir".

El enfermero al mismo tiempo que hortelano herbolario, cultivaba las plantas medicinales de que se valía para sus obras de caridad y también desempeñaba el oficio de distribuidor de las limosnas que algunas veces recogía, en cantidades asombrosas, parte para socorrer a sus propios hermanos en religión y parte para los menesterosos de toda clase que había en la ciudad.

Su amabilidad se extendía hasta los animales; hay en su biografía escenas semejantes a las que se narran de San Francisco y de San Antonio de Padua. Por ejemplo, cuando después de disciplinarse, los mosquitos lo atormentaban con sus picaduras e iba a que Juan Vázquez lo curase, éste le decía: "Vámonos a nuestro convento, que allí no hay mosquitos". Y Fray Martín respondía: "¿Cómo hemos de merecer, si no damos de comer al hambriento?" __"¡Pero hermano, estos son mosquitos y no gente!__ "Sin embargo, se les debe dar de comer, que son criaturas de Dios", respondió el humilde fraile.

Es típico el caso de los ratones que infestaban la ropería y dañaban el vestuario. El remedio no fue ponerles trampas, sino decirles: "Hermanos, idos a la huerta, que allí hallaréis comida". Los ratones obedecieron puntualmente, y Fray Martín cuidaba de echarles los desperdicios de la comida. Y si alguno volvía a la ropería, el santo lo tomaba por la cola y lo echaba a la huerta, diciendo: "Vete adonde no hagas mal". Loa animales le seguían en fila muy obedientes. En una misma cacerola hacía comer al mismo tiempo a un gato, un perro y varios ratones.

Sus conocimientos no eran pocos para su época y, cuando asistía a los enfermos, solía decirles: "Yo te curo y Dios te sana". Todas las maravillas en la vida del santo hay que entenderlas asociadas con el profundo amor a Dios y al prójimo que lo caracterizaban.

Se sabe que Fray Martín y Santa Rosa de Lima, terciaria dominica, se conocieron y trataron algunas veces, aunque no se tienen detalles históricamente comprobados de sus entrevistas.

A los sesenta años, después de haber pasado 45 en religión, Fray Martín se sintió enfermo y claramente dijo que de esa enfermedad moriría. La conmoción en Lima fue general y el mismo virrey, conde de Chichón, se acercó al pobre lecho para besar la mano de aquél que se llamaba a sí mismo perro mulato. Mientras se le rezaba el Credo, Fray Martín, al oír las palabras "Et homo factus est", besando el crucifijo expiró plácidamente.

Murió el 3 de noviembre de 1639. Toda la ciudad acudió a su entierro y los milagros por su intercesión se multiplicaron.

Fue beatificado en 1837 por Gregorio XVI y canonizado el 6 de mayo de 1962 por el Papa Juan XXIII. En 1966 Pablo VI lo proclamó patrono de los peluqueros de Italia, porque en su juventud aprendió el oficio de barbero-cirujano, que luego, al ingresar en la Orden de Predicadores, ejerció ampliamente en favor de los pobres.

En la actualidad todavía se lo invoca contra la invasión de los ratones.

Mensaje de la Virgen de la Paz del dia 2 de noviembre del 2008


Llamo a una completa unión con Dios. Vuestro cuerpo está en la tierra, pero os pido que vuestra alma esté con mayor frecuencia en la cercanía de Dios. Esto lo lograréis mediante la oración, oración con un corazón abierto. Así vosotros agradeceréis a Dios por la inconmensurable bondad que os da a través mío y, con sincero corazón, recibiréis la obligación de tratar con igual bondad a las almas con que vosotros os encontráis. Gracias, hijos míos.



Y agregó: “Ruego con el corazón a Dios para que les dé fuerza y amor a vuestros pastores, para ayudaros en esto y para que os conduzcan”.