lunes, 13 de octubre de 2008

No se preocupen por el día de mañana......


Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio afán” (Mt 6,34).
Jesús nos exhorta a vivir hoy concientemente, a no preocuparnos por el ayer ni a reprocharnos los errores del pasado, como tampoco preocuparnos por el mañana. Los cristianos no deben caracterizarse por la preocupación sino por la confianza. La preocupación nunca está en el momento. Siempre ya está en el futuro. Quién confía en Dios, está libre para vivir completamente el momento y tomar parte así del hoy eterno de Dios.Este encuentro, este “ahora”, es siempre mejor. Dios nos alcanza, llama a nuestra puerta, se revela. Este revelarse es oportunidad de salvación, encuentro amoroso del Padre. Tiempo abierto a la vida, y si es vida esta unido a lo terminado. Se trata de saber decir “Adiós” y “Hola”, de poder ver con lucidez a qué le debo decir “Adiós” y a qué le debo decir “Hola”.“Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Noticia de Dios: “el tiempo se ha cumplido” y el Reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en la Buena Nueva”. (Mc 1,14-15).
Hay que decirle “hola” al Reino de Dios, aceptar con fe las buenas noticias, aceptar que el tiempo pasó, que es el tiempo de Dios.

Amarnos consiste en entregarnos a ese encuentro creador, renovador, transformador. Es dejarnos alcanzar y abrazar por Dios. Es inundar nuestro tiempo con el tiempo de Dios.
Desde Dios podremos amarnos y aceptarnos, vivir profundamente, intensamente y solo desde él, nuestro amor hacia los demás será verdadero y fructífero.

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