jueves, 18 de octubre de 2007

Los contratiempos de la vida, son los mandatos ocultos del amor."


Los contratiempos de la vida, son los mandatos ocultos del amor."
Hijo mío, hoy tengo un mensaje para ti, permíteme que lo susurre a tu oído para que pueda adornar con gloria las nubes de cualquier tormenta que pueda levantarse y suavizar los lugares abruptos que tengas que pisar. Es muy corto, consiste solamente en cinco palabras, pero deja que se introduzcan en el fondo de tu alma; úsalas como almohada para que descanse tu cabeza fatigada: "Esta cosa procede de mí"

¿Has pensado alguna vez que todo lo que a ti te afecta me afecta a Mí también? Porque "el que os toca, toca la niña de mi ojo" (Zacarías 2:8). Tú eres de gran estima a Mis ojos. (Isaías 43:4). Por tanto, Mi gozo especial es el educarte.

Quiero que aprendas cuando las tentaciones te asaltan y el "enemigo aparece como una inundación," que esto procede de Mí, que tu debilidad necesita Mi poder, y tu salvación está en dejarme que luche en tu lugar.

¿Te encuentras en circunstancias difíciles, rodeado de personas que no te comprenden, que nunca te piden tu parecer, que te colocan en el último lugar? Esta cosa procede de Mí. Yo soy el Dios de las circunstancias. Tu no estas en ese lugar por casualidad, es el lugar que Dios quiso para ti.
¿No has pedido el ser hecho humilde? Yo te he colocado precisamente en la escuela donde se enseña esa lección; la atmósfera que te rodea y tus compañeros solamente están haciendo Mi voluntad.
¿Te encuentras con dificulta
des de dinero? Esto proviene de Mí, porque Yo soy el portador de tu bolsa, y tú dependes de Mí. Mis provisiones no tienen límites (Filipenses 4:19). Quiero probarte mis promesas. No permitas que se diga acerca de ti: "En esta cosa no creíste en el Señor tu Dios." (Deuteronomio 1:32)

¿Estas atravesando una noche de tribulación? Esta cosa procede de Mí. Yo soy el Varón de Dolores y estoy familiarizado con la aflicción. He permitido que fracasen los consuelos terrenales para que volviéndote a Mí, puedas obtener un consuelo eterno. (2 Tesalonicenses 2:16-17)

¿Has anhelado hacer algún trabajo para Mí y en vez de eso te has visto obligado a guardar cama y sufrir grandemente? Esta cosa procede de Mí. No pude llamar tu atención cuando estaba tan ocupado con tus quehaceres, y yo deseo enseñarte mis lecciones más profundas. "También sirven aquellos que solamente permanecen de pie y esperan." Algunos de mis mejores trabajadores son los que se encuentran parados en el servicio activo, para que puedan aprender a empuñar el arma de toda oración.

Hoy coloco en tu mano esta vasija de aceite bendito. Utilízala libremente, hijo mío. Unge con este aceite todas las circunstancias que se te presente, cualquier palabra que te hiera, cualquier interrupción que te impaciente, cualquier revelación de tus debilidades. El aguijón desaparecerá a medida que aprendas a verme en todas las cosas."

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